¿Pensando en cambiar la grifería de tu vivienda? ¿No sabes qué tipo de grifería elegir? ¿Estás dudando entre un grifo termostático y un grifo monomando? Con este post queremos ayudarte a que tengas toda la información posible para que puedas tomar la decisión más acertada y que mejor se adapte a tus necesidades.
GRIFO MONOMANDO
1.- Características
La mayoría estaréis familiarizados con el funcionamiento de un grifo tradicional pero, aún así, vamos a recordar cuáles son sus características.
Un grifo monomando puede ser monomando o bimando. Es decir, puede tener una o dos manetas para la apertura y el cierre del agua. Los que disponen de dos manetas han recobrado popularidad en espacios con estética rústica pero son muy poco prácticos. Con este tipo de grifos es necesario regular ambas manetas (agua fría y agua caliente) para la obtención de la temperatura adecuada.
La grifería monomando de una sola maneta es mucho más práctico ya que basta con con desplazar esta de izquierda a derecha y de arriba abajo para regular la temperatura y la cantidad de agua en el chorro, respectivamente.
Además, podemos encontrar una amplia variedad de modelos disponibles para todos los gustos. Desde cortes clásicos a otros muy modernos, con diseños redondeados o angulares y con multitud de acabados, más allá del tradicional cromado.
2.- Inconvenientes
Uno de sus inconvenientes es que no es posible controlar las variaciones en la temperatura; sobre todo cuando se produce la apertura de otro grifo dentro de la misma vivienda. Además, cada vez que cerramos el grifo, al volver a abrirlo de nuevo, será necesario volver a ajustar la temperatura.
Por otra parte, no hay opción para reducir el gasto de agua o de energía de manera notable.
GRIFO TERMOSTÁTICO
1.- Ventajas
Ahorro de tiempo:
Con la grifería convencional, debemos esperar unos segundos hasta que el agua salga caliente o a la temperatura elegida. Esto implica una pérdida de tiempo pero, sobre todo, una pérdida de agua y de energía; un gasto innecesario para el medioambiente y para tu bolsillo. Esto no pasa con la grifería termostática.
Adiós a las quemaduras:
Seguro que alguna vez le has pedido a la persona con la que vives que no abra ningún grifo porque vas a ducharte. A nadie nos gusta estar duchándonos y que se cuele un hilo de agua ardiendo y nos queme. Es algo que ocurre de manera frecuente con los grifos tradicionales.
Con un grifo termostático no te volverá a pasar esto. Quizás a ti no te supongan un problema estos pocos segundos de agua hirviendo pero si tienes personas vulnerables (mayores o niños) en casa, puede resultar muy práctico no tener que estar pendiente de esto.
Menos agua y energía:
En el momento medioambiental en el que nos encontramos, no podemos ignorar el problema existente en derroche de agua. ¿Queremos ser parte del problema o de la solución?
Una manera de apostar por el medioambiente y no derrochar agua, es controlar la cantidad de agua que se desperdicia. Con la grifería termostática se marca el caudal y la temperatura exactas, por lo que se evita el derroche.
Alto nivel de seguridad:
Además de las quemaduras por la apertura de grifos, estas también pueden producirse por una manipulación accidental de la maneta. Más frecuente en niños y niñas de corta edad. Mientras juegan, pueden sujetar la llave de la temperatura y girarla, y llevar la temperatura al máximo. Para evitar que esto suceda, con el riesgo que conlleva, estos grifos incluyen un tope de seguridad que imposibilita que con un solo giro pueda elevarse la temperatura por encima de los 38º, generalmente.
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